El Telescopio James Webb Acaba de Detectar una Enorme Estructura en el Centro de la Vía Láctea

Telescopio James Webb Detecta una Enorme Estructura en medio de la Vía Láctea.
Un descubrimiento sin precedentes
El Telescopio Espacial James Webb ha realizado una observación impresionante en el centro de nuestra galaxia, revelando al menos 17 anillos concéntricos de polvo cósmico. Estas formaciones provienen del sistema estelar WR 140, ubicado a más de 5,000 años luz de la Tierra. Este sistema está compuesto por dos estrellas masivas cuyas órbitas se cruzan aproximadamente cada ocho años, provocando interacciones que generan estos patrones circulares.

Formación de los anillos de polvo
Cada vez que las estrellas se acercan en su órbita, sus potentes vientos estelares —corrientes de gas expulsadas al espacio— colisionan, comprimiendo el gas y formando polvo. Este proceso genera anillos o «caparazones» visibles, que actúan como registros temporales similares a los anillos de crecimiento de un árbol. La imagen captada por el telescopio revela más de un siglo de formación de polvo en el sistema.
Características del sistema WR 140
- Compuesto por dos estrellas: una Wolf-Rayet (WR) y una estrella tipo O.
- La estrella WR es extremadamente masiva, con más de 25 veces la masa solar, y ha perdido gran parte de su masa a través de potentes vientos.
- Su compañera, la estrella tipo O, tiene unas 30 veces la masa del Sol, mientras que la WR tiene unas 10 veces.
El papel de MIRI en la observación
El instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument), desarrollado conjuntamente por la NASA y la ESA, fue crucial para este descubrimiento. Gracias a su capacidad de detectar longitudes de onda infrarrojas más largas, MIRI puede observar objetos fríos como estos anillos de polvo que antes eran invisibles para telescopios terrestres. Este instrumento también permitió identificar la composición química del polvo, principalmente rica en carbono.
¿Cómo se forma el polvo estelar?
Formar polvo a partir del gas es un proceso complejo, comparable a transformar harina en pan. Las estrellas Wolf-Rayet expulsan elementos pesados como el carbono al espacio. Estos elementos, al enfriarse y encontrarse con los vientos de otra estrella, se comprimen y se transforman en polvo. La órbita elíptica del sistema WR 140 hace que este fenómeno ocurra de forma periódica y no continua, como sí sucede en sistemas con órbitas circulares.
Impacto cósmico y la posibilidad de nuevas estrellas
Estos anillos de polvo pueden tener un impacto significativo en la formación estelar:
- Limpieza del entorno: los vientos de las estrellas barren el área de materia residual, permitiendo que los anillos permanezcan bien definidos.
- Formación de nuevas estrellas: el polvo puede acumularse en las regiones externas y llegar a ser lo suficientemente denso como para formar nuevas estrellas y planetas.
- Resistencia del polvo: la conservación de las capas de polvo demuestra que este puede sobrevivir en el entorno hostil del espacio interestelar.
Un fenómeno raro pero crucial
Aunque existen miles de estrellas Wolf-Rayet en la galaxia, sólo unas 600 han sido identificadas. Son raras porque su vida útil es corta, pero pueden haber contribuido de manera significativa a la historia del polvo cósmico de la Vía Láctea. Se cree que muchas de estas estrellas explotaron y formaron agujeros negros, dejando tras de sí grandes cantidades de material para futuras generaciones estelares.
El James Webb: una ventana al pasado y al futuro
El Telescopio Espacial James Webb está diseñado para abordar los mayores misterios del universo. Gracias a su sensibilidad y tecnología avanzada como MIRI, es posible detectar estructuras invisibles hasta ahora, como los anillos de polvo en WR 140. Este descubrimiento proporciona la mejor evidencia hasta la fecha de que las estrellas Wolf-Rayet pueden ser fuentes claves de material para la formación estelar.
Conclusión
El hallazgo de estos 17 anillos concéntricos alrededor del sistema WR 140 representa un avance crucial en la comprensión de cómo las estrellas influyen en el entorno cósmico. A través del Telescopio James Webb, se abre una nueva ventana al estudio del polvo interestelar, la evolución estelar y la génesis de nuevas estrellas y planetas.
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