Esta estructura encontrada oculta en la Luna es un misterio para la ciencia.

Un misterio lunar desvelado

La Luna ha cautivado la imaginación humana desde tiempos inmemoriales, sirviendo tanto de inspiración para poetas como de destino para astrónomos y exploradores espaciales. A pesar de ser el único cuerpo celeste en el que el hombre ha caminado, su superficie y subsuelo siguen escondiendo secretos que apenas comenzamos a descubrir.

Entre estos misterios recientemente desvelados se encuentra una gigantesca «anomalía» enterrada bajo el cráter más grande y profundo conocido de la Luna, revelando nuevas pistas sobre su composición y la violenta historia de nuestro sistema solar.

Una masa descomunal en las profundidades lunares

El cráter en cuestión, ubicado en la cuenca Aitken en el Polo Sur lunar, es uno de los cráteres conservados más grandes de nuestro sistema solar y ahora se sabe que alberga una estructura masiva, descubierta por investigadores estadounidenses, que pesa al menos 2.180 millones de kilogramos y se extiende más de 300 kilómetros de profundidad y 2.000 kilómetros de longitud. Esta impresionante masa subterránea fue detectada gracias a datos proporcionados por la misión del Laboratorio Interior y de Recuperación de Gravedad (GRAIL) de la NASA, que está diseñada para estudiar las variaciones en el campo gravitacional lunar.

Peter B. James, de la Universidad Baylor de Houston y autor principal del estudio que anunció el hallazgo, sugirió que esta anomalía podría consistir en metal procedente del núcleo de un asteroide que impactó la Luna y se incrustó en su manto. «Una de las explicaciones para esta masa extra es que el metal del asteroide que creó este cráter todavía está embebido en el manto lunar», explicó en declaraciones recogidas por IFLScience. Para poner en perspectiva la magnitud de este descubrimiento, James lo comparó con «enterrar una pila de metal cinco veces más grande que la Isla Grande de Hawái bajo tierra».

¿Restos de un impacto cósmico o un océano de magma?

Esta enorme masa podría haberse originado también por la cristalización de un océano de magma en sus primeras etapas de formación, lo que sugiere que los procesos geológicos en la Luna han sido mucho más complejos de lo que se pensaba anteriormente. Los hallazgos podrían tener implicaciones significativas para nuestra comprensión de la evolución geológica lunar y la dinámica de impactos cósmicos en la Luna.

La cuenca Aitken: una ventana al interior lunar

La cuenca Aitken del Polo Sur no solo es un foco de interés científico debido a su tamaño y características geológicas únicas, sino también porque ofrece una ventana única al interior de la Luna. Estudiar esta área puede proporcionar información crucial sobre la composición del satélite, arrojando luz sobre los procesos que han modelado no solo la Luna sino también la Tierra.

Un interés científico creciente

La exploración de esta cuenca ha ganado interés entre la comunidad científica internacional, considerando su potencial para revelar detalles no solo sobre la historia geológica de la Luna, sino también sobre el propio sistema solar temprano. Los misterios que aún se esconden en su subsuelo pueden incluir pistas sobre la presencia de agua helada y otros materiales volátiles en la cara oculta de la Luna, componentes críticos para futuras misiones de exploración humana y posiblemente, para la colonización.

Preparando el camino para futuras exploraciones

Además, el descubrimiento fortalece el caso para futuras misiones a la Luna que podrían explorar más a fondo la cuenca Aitken del Polo Sur, potencialmente abriendo nuevas fronteras en la ciencia lunar y ayudando a preparar el escenario para una presencia humana prolongada en el espacio. Con cada nueva expedición y estudio, desvelamos más sobre nuestro compañero celestial más cercano, ampliando constantemente los límites de nuestro conocimiento y acercándonos a resolver los enigmas de la Luna.

Un destino clave en la búsqueda del conocimiento cósmico

Este descubrimiento subraya la importancia de continuar la exploración espacial y estudiar estos cuerpos celestes no solo para satisfacer nuestra curiosidad innata sino también para comprender mejor nuestro lugar en el cosmos. La Luna, con todos sus misterios y maravillas, sigue siendo una fuente crucial de conocimiento científico y un destino clave en la búsqueda humana por explorar y entender los vastos alcances de nuestro sistema solar.

¿Te gustó este artículo? ¡No te pierdas nada de lo que publicamos! Síguenos en nuestra página de Facebook y mantente al tanto de todas nuestras novedades. Además, si quieres formar parte de una comunidad apasionada por los mismos temas, te invitamos a unirte a nuestro grupo de Facebook. ¿Prefieres recibir actualizaciones directamente en tu móvil? Entonces, ¡síguenos en Telegram! Así, estarás siempre al día con los últimos contenidos.

SIGUE LEYENDO:

Es posible que el rover Perseverance ya haya encontrado signos de vida en Marte

Los científicos revelan que Júpiter no es lo que nos han contado

Varios científicos creen que pudimos haber encontrado vida en Marte hace 50 años