La sorprendente señal de Voyager 2 después de la pérdida de comunicación
La NASA restablece el contacto con el Voyager 2 Hacia dónde se dirige ahora.
Un viaje épico de más de 45 años
En 1977, la NASA lanzó dos sondas gemelas, Voyager 1 y Voyager 2, en un ambicioso viaje para explorar los confines del sistema solar. Estas naves espaciales, equipadas con instrumentos científicos de vanguardia, tenían como misión estudiar los planetas exteriores de nuestro sistema: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Después de más de cuatro décadas de viaje ininterrumpido, Voyager 2 se ha convertido en un verdadero sobreviviente del espacio, superando desafíos y contratiempos que habrían puesto fin a muchas otras misiones.
Un error que puso en riesgo la misión
A principios de julio de 2023, los controladores de la NASA en la Tierra se enfrentaron a una situación alarmante: Voyager 2 había dejado de responder. Esta sonda, que se encontraba a más de 18.000 millones de kilómetros de distancia, había perdido el contacto por radio después de que un comando erróneo cambiara la orientación de su antena de comunicaciones. Dado el inmenso retraso en las comunicaciones debido a la enorme distancia, corregir este error se convirtió en un desafío monumental.
Los días pasaban sin recibir una sola señal de Voyager 2, aumentando la preocupación de los científicos. Una pérdida permanente de comunicación no solo habría significado el final de una misión histórica, sino también la pérdida de una fuente invaluable de datos sobre el espacio interestelar.
Un último intento desesperado
Después de semanas de angustia, el equipo de la NASA decidió realizar un último intento desesperado por restablecer las comunicaciones. Enviaron una serie de comandos con la esperanza de que la sonda recibiera al menos uno de ellos y respondiera en consecuencia. Era una carrera contra el tiempo, ya que la fuente de energía de Voyager 2 y su capacidad para recibir comandos disminuían con cada día que pasaba.
¡La señal sorprendente!
Entonces, contra todas las probabilidades, sucedió lo increíble: ¡Voyager 2 respondió! La señal era débil pero inconfundible, una clara señal de que la sonda había recibido el comando y lo había llevado a cabo correctamente. El alivio y la alegría en el centro de control de la NASA no tenían límites. Habían logrado lo aparentemente imposible: restablecer la comunicación con uno de los objetos hechos por el hombre más distantes en el universo.
Superando crisis anteriores
Este no fue el primer desafío que Voyager 2 tuvo que superar. En 2022, su sonda gemela, Voyager 1, se encontró en una situación complicada cuando los datos de telemetría ya no eran correctos y parecía haber perdido su orientación en el espacio. Sin embargo, después de semanas de trabajo arduo, los ingenieros de la NASA descubrieron una falla en la computadora a bordo y lograron solucionar el problema enviando instrucciones a más de 20.000 millones de kilómetros de distancia.
Explorando los confines del sistema solar
Uno de los momentos más memorables del viaje de Voyager 2 fue cuando se acercó al límite mágico del sistema solar, conocido como la heliosfera, en noviembre de 2018. Los científicos habían imaginado durante décadas cómo sería este final de nuestro sistema solar, pero Voyager 2 les deparó una sorpresa inesperada.
En lugar de confirmar las suposiciones y cálculos de los investigadores, Voyager 2 informó datos completamente inesperados. La heliosfera no terminaba suavemente como una playa, sino más bien como una pared o fortaleza invisible. Este descubrimiento innovador demostró una vez más que nuestro universo está lleno de fenómenos, objetos, estructuras y peculiaridades de los cuales sabemos muy poco con certeza.
Un mensaje para civilizaciones extraterrestres
Si bien es poco probable que Voyager 2 sea capturada por el sistema de otra estrella, los científicos han adjuntado una tarjeta de presentación de nuestra civilización a bordo de esta sonda y su gemela, Voyager 1. Si alguna vez son encontradas por una civilización extraterrestre, estos discos de oro contendrán información sobre nuestra existencia en la Tierra.
Diseñadores y científicos han creado estos discos y el mecanismo de reproducción de tal manera que cualquier especie tecnológica debería poder reproducir su contenido. Sin embargo, no sabemos quién o qué hay ahí afuera en el vasto universo, y nuestros saludos bien intencionados podrían terminar en manos de alienígenas depredadores o caer en un océano corrosivo de ácido en algún lugar.
Un futuro incierto pero lleno de esperanza
Mientras que no está claro cuánto tiempo más estas veteranas sondas continuarán enviando datos desde el espacio interestelar, los científicos esperan poder mantener el contacto con ambas Voyager hasta aproximadamente 2030. Después de eso, desaparecerán para siempre en las profundidades del espacio debido a la falta de energía.
Sin embargo, el legado de Voyager 2 y su gemela Voyager 1 perdurará por mucho tiempo. Estas sondas han ampliado nuestro conocimiento del sistema solar y el espacio interestelar de manera sin precedentes, y han demostrado la capacidad de la humanidad para superar los desafíos más abrumadores en la exploración espacial.
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