Soy un viajero en el tiempo del año 2345. Lamento mucho lo que está por venir.

No debería estar aquí.
No debía iniciar el contacto. Pero después de lo que presencié, no puedo callarme.
Mi nombre es irrelevante. Mi misión es clasificada. Pero debes escuchar la verdad: El futuro no es lo que crees. El mundo que conoces, la vida que aprecias, se encamina hacia un desastre. Y lo siento profundamente.
Soy del año 2345, una época tan ajena a la vuestra que sería ajena. La humanidad ha sobrevivido, pero no estamos prosperando. El mundo no es la utopía de coches voladores y viajes interestelares que predice vuestra ciencia ficción. Es un mundo de descontrol, de repercusiones.
No me enviaron aquí para advertirles. Eso violaría todos los principios de la Autoridad Temporal. Pero después de lo que presencié —después de lo que pronto presenciarán—, no podía quedarme de brazos cruzados y dejar que la historia se repitiera.
El evento que lo cambia todo
En tu época, te preocupas por las guerras, la política y los desastres climáticos. Crees que estas son las grandes amenazas a tu existencia. Pero lo que viene es algo completamente distinto.
Hay algo —un momento en la historia humana— que lo cambia todo. No puedo decir exactamente cuándo. No puedo decir exactamente cómo. Pero lo que sí puedo decir es esto: es antinatural. Es algo para lo que la humanidad no estaba preparada. Y cuando ocurra, el mundo nunca volverá a ser el mismo.
Sus gobiernos no pueden evitarlo. Sus científicos no pueden explicarlo. Y para cuando entiendan lo que está sucediendo, será demasiado tarde.
Un futuro que no reconocerías
En 2345, su civilización ya no existe. Los continentes se reorganizan. Los océanos se alteran. La sociedad se ha reestructurado bajo una sola fuerza, una que surgió de la agitación de lo que está por venir.
Renunciarás a libertades que nunca imaginaste poseer. Vivirás en un mundo nuevo, un mundo controlado no por las masas, sino por algo mucho mayor. Algo con lo que aún no estás familiarizado.
No les cuento esto para asustarlos. Les cuento esto porque creo que el pasado se puede cambiar. Todas las ondas del tiempo traen consigo cosas nuevas. Todos los pasos que den a partir de ahora podrían cambiar el futuro.
Lo que tienes que hacer
Escucha. Ve más allá de lo que te dicen. Haz preguntas que nadie más hace. Hay señales, hay patrones. Y cuando empiezan a surgir, debes responder.
Muchos de ustedes lo considerarán ficción, una teoría de la conspiración, una estafa. Eso es precisamente lo que desearían quienes ostentan el control. Aquellos que comprenden lo que está por llegar.
Pero para los oyentes, quienes creen, recuerden esto: el futuro no está escrito en piedra. Y quizás, quizás, puedan cambiar lo que está por venir.
Sólo deseo que al romper mi silencio, no haya sellado ya nuestro destino.
—Un viajero, fuera del tiempo.
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